jueves, 10 de noviembre de 2011

"Es un hombre extraño" dice su plantilla, "me cambió por el hospital" dice su mujer, "poco se de ese cabrón" dice su hijo mayor, "empezó a trabajar y casi no sabemos de él" dicen sus colegas de la universidad, es un hombre aparentemente frio pero su mirada acalla todo mundo interior, sus manos sustituyen a la divinidad algunas veces y otras muchas cierran ojos de vidas insospechadas, sus ojos han visto a las personas sufrir ó sollozar sus últimos alientos, sus brazos han tranquilizado muchas muertes y sus pies han caminado mientras otros ya adormecían, mientras su mujer duerme él la ama operando a una madre de familia de un cáncer terminal y sonrie cuando sus manos propician unos minutos mas de vida para que ese hijo llorando amara a su padre todo lo que no lo supo hacer hasta que el reloj empezó la cuenta atrás, mientras su hijo duerme él se reconcilia con su paz interior paseando por pasillos tenúes tratando de encontrar la mejor manera de confesarle a esa jóven que no podrá volver a caminar tratando de hallar la mejor forma de que ella no pierda asi su sentido de la vida, porque hay piernas que en ese mismo instante también dejaron de funcionar acompañadas de sus corazones, él no tiene a su mujer pero la ha salvado ya varias veces de perder lo mas grande que tiene, su corazón, él mismo fué quien lo rompió pero no han sido una ni dos las veces que él ha vuelto a reponerlo cuando ese pequeño botoncito rojo se paraba y parecía que su sonrisa nunca más iba a volver sin que él la besara por última vez, y ha tenido en sus manos lo más preciado de su vida y lo que jamás supo apreciar, no tiene a su hijo a su lado pero le quiere cada vez que cierra los ojos de un pequeño y le besa, no tiene a sus amigos pero salva a sus familias, él, ha dejado de vivir minutos pero me ha regalado muchos a mi, ha dejado de morir y ha hecho de otras meurtes algo heroico, él, no se atreve a vivir, pero abre los corazones y los explora y saborea el lujo de entregar más vida a los que la aprecian más que él, quizá entre ellos este el hombre que pueda porfin hacer feliz a la mujer que más ama del mundo, o la chica que porfin centre la cabeza de su hijo, o el mayor capullo que no puede morir sin pagar su culpa, porque es un cobarde pero salva valentías. Y todo esto vaga por mi mente tras dos tilas y pocas horas de sueño esperando a que salga y me diga que ha salvado una más.

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