jueves, 3 de noviembre de 2011


EL REMOLINO:
La intensidad se burla de nosotros en cada acto, se pasea riendose de nuestras trincheras y derrumbandolas a bocanadas, corre entre nuestras falsas seguridades y se aleja a carcajadas.
La intensidad hunde nuestros barcos y destruye nuestros planes, pasa a controlarnos sin mas que hacer que humillarnos, y nos mata con recordarnos que nada es lo que controlamos.
Exhaustos nadamos en la mas asombrosa incertidumbre tratando de construir faros esbeltos de collor cahova pero ella nos atrapa y nos ahoga.
Enfadados y orgullosos construimos veleros, barcos y mansiones pero ella viene y nos arrodilla sin mas razones.
Desesperados escribimos, imaginamos e inventamos pero ella nos bloquea, nos encontramos atados.
Nos arrebata, persigue, ata y ahoga, nos sumerge rápidamente, nos convierte en explosivos emocionales sin carga, en saltos euforicos al vacio, en niños juguetones. Ella, que nos despoja de nuestra seguridad, que nos desnuda ansiosa y nos araña el corazón, ella, que nos convierte en locos sujetos al azar, ella, que sin preguntas ni respuestas viene y de pronto se va, ella, la única que graciosa nos escupe nuestro afan de control y seguridad, ella, la que nos arrebata las riendas y galopa sin cesar, ella, por la que vivimos, por la que morimos, por la que inquietos nos inhibimos, sin la que vacíos morimos, por ella, que es la única que nos agarra exhausta y nos alienta, por ella, que nos recuerda nuestra inmensa pequeñez y delicadeza, por ella, que nos eleva y de pronto nos baja llevados por su inmensa marea, por ella merece la pena vivir porque sopla y bloquea nuestras barreras de incierta seguridad y adentrandose lenta y cruelmente nos sonrie al pasar, dejandonos atónitos y ansiosos, después de ella, ¿porque contiuamos buscando construir otra realidad?

No hay comentarios:

Publicar un comentario